sábado, 19 de junio de 2010

CARTA RJ




Mi querido RJ:
Hace 36 años que hice mi Primera Comunión, fue un 26 de mayo de 1974 fue una fecha muy feliz para mí porque mis abuelos eran muy creyentes y tenían en un gran valor la Eucaristía, por eso, mi abuelo mientras pudo caminar todos los domingos caminaba dos horas y media desde la vereda hasta Providencia para participar de la Santa Misa. Puntualmente llevaba las primicias del maíz y otros productos al Párroco y en cada cosecha era infaltable el diezmo. Cuando ya sus fuerzas no le daban para caminar tanto montaba en su caballo e iba a su compromiso sagrado de los domingos.


Semana Santa era un tiempo muy respetado, porque en casa se leía bastante el evangelio y otros pasajes bíblicos a veces personalmente, a veces para toda la familia. Y durante el Triduo Pascual íbamos en familia a Samaniego y participábamos de las celebraciones principales y de las procesiones.

Volviendo a mi recuerdo de la Primera Comunión mi mamá me preparó en casa y después la profesora de la escuela donde estudiaba nos dio la catequesis. Mis compañeros y yo nos preparamos con todo entusiasmo; el P. José Felix Yela Mejía, que era el párroco de Providencia en ese entonces vino a examinarnos. Llegó montado un bonito caballo bayo. También, nos dio mucha confianza y ánimo.

Hubo una celebración especial para nuestra confesión, la verdad que teníamos un poco de miedo porque pensábamos que desde el día sábado nos fuimos para Samaniego con algunos de nuestros compañeros subimos al monumento a María Santísima que existe en donde muere la colina y comienza el casco urbano de Samaniego en el antiguo camino de herradura que de esta población conducía a la ciudad de Túquerres y que cruzaba entre otras las veredas de Monteblanco y Maranguay.

Muchos familiares y amigos vinieron a casa para estar un rato en familia. El fotógrafo del pueblo, que era amigo de mi mamá, me regaló un cuento muy colorido que leí y releí muchas veces se trata de "La Lámpara de Aladino". Mis tíos maternos y mi mamá me hicieron tomar algunas fotos.


Ahora que tu comienzas tu preparación inmediata a la Primera Reconciliación Penitencial y a la Primera Comunión quiero que lo hagas con cariño y consciente de la tradición de tus antepasados paternos y maternos que han sido unos fervientes seguidores de las enseñanzas del Señor Jesús en su Iglesia Católica. Se un católico convencido sin ser fanático, conociendo muy bien la identidad de tu Iglesia, pero sobre todo considerando muy profundamente el regalo que Dios te otorga por la mediación de Jesucristo y realizada por la palabra y el gesto celebrativo de la Comunidad Cristiana.


En este sentido el papa Juan Pablo II, de feliz memoria enseña: «El primer principio es la actualización del Misterio pascual de Cristo en la liturgia de la Iglesia, porque «del costado de Cristo dormido en la Cruz nació el sacramento admirable de la Iglesia entera». Toda la vida litúrgica gira en torno al sacrificio eucarístico y a los demás sacramentos, por los que llegamos a la fuente misma de la salvación (cf. Is 12, 3). Debemos, por tanto, ser muy conscientes de que por el «misterio pascual de Cristo, hemos sido sepultados con él en la muerte, para resucitar con el a una vida nueva». Cuando los fieles participan en la Eucaristía han de comprender verdaderamente que «cada vez que se celebra el memorial de la muerte del Señor, se realiza la obra de nuestra Redención» y a tal fin los Pastores deben formarlos con empeño constante para celebrar cada domingo la obra maravillosa que Cristo ha llevado a cabo en el misterio de su Pascua, para que, a su vez, lo anuncien al mundo. En el corazón de todos pastores y fieles la noche pascual debe volver a tener su importancia única, hasta el punto de ser verdaderamente la fiesta de las fiestas en el año litúrgico. Ya que la muerte de Cristo en la Cruz y su resurrección constituyen el centro de la vida diaria de la Iglesia. Y la prenda de su Pascua eterna, la Liturgia tiene como primera función conducirnos constantemente a través del camino pascual inaugurado por Cristo, en el cual se acepta morir para entrar en la vida.» (En el XXV aniversario de la Constitución sobre la Sagrada Liturgia Nº 6).


Querido hijo que mi bendición y mi oración te acompañen siempre.
Paternalmente, Jorge.




Contenido
Tienes alguna pregunta? Correo






No hay comentarios:

Publicar un comentario