sábado, 19 de junio de 2010

CATEQUESIS

Este término no aparece en el Nuevo Testamento, que conoce sin embargo el verbo katechein, literalmente «resonar, hacer eco». Este primer significado etimológico hace comprender que la catequesis es como la resonancia de una palabra ya dicha, la de Dios. El verbo tiene también el significado de instruir de enseñar de viva voz, de contar (cf. 1cor 14,9; Gál 6,6). Es una acción eclesial que entra en el ministerio más amplio de la Palabra de Dios. Aquí es posible distinguir un primer momento de anuncio, expresado por verbos como krazein (gritar), kervssein (anunciar pregonar), euallgelizein (evangelizar): martvrein (atestiguar), y un segundo momento de explicitación y de profundización en el que es posible captar la función propia de la catequesis.

En la época posapostólica y patrística la catequesis adquiere el significado fundamental de instrucción básica en la fe dentro del contexto de la institución del catecumenado. Son muy conocidas las catequesis de san Cirilo de Jerusalén (348). Otras homilías catequéticas son las de Teodoro de Mopsuestia y san Ambrosio. La caída del catecumenado en el s. y llevó sin embargo a la desaparición del término «catequesis». Pero le sustituvó el término catechismus. En el s. XIX nace y se desarrolla en la Iglesia católica un amplio movimiento de renovación de la obra catequística y es en este contexto donde reaparece el antiguo término de catequesis, como signo de un retorno a la riqueza de la época de los orígenes y de la superación de una concepción eminentemente intelectualista y nocionista de la obra catequística.

Para una definición más concreta de la catequesis tienen una autoridad particular las indicaciones presentes en los documentos más recientes del Magisterio de la Iglesia. El concilio Vaticano II habla de una catechetica institutio, «cuyo fin es que la fe, ilustrada por la doctrina, se torne viva, explícita y activa tanto entre los niños y adolescentes como entre los jóvenes y también los adultos» (CD 14). Pablo VI habló de la catequesis como de «un camino que hay que tener en cuenta en la evangelización» (EN 44). Esta indicación ha sido recogida por Juan Pablo II, que, en la Catechesi tradendae ( 1979), afirma que la catequesis es uno de los momentos más importantes de todo el proceso de evangelización. Inmediatamente después se afirma que «la índole específica de la catequesis, distinta del primer anuncio del Evangelio, que suscitó la conversión, tiende al doble objetivo de hacer que madure la fe inicial y de educar al verdadero discípulo de Cristo mediante un conocimiento más profundo y sistemático de la persona y del mensaje de nuestro Señor Jesucristo». A la maduración en la fe de las comunidades y de los cristianos en particular se refiere también el Directorio catequístico general, preparado por la Congregación para el clero y - publicado en 1971.

Recogiendo sintéticamente los diversos elementos, podríamos decir: «Se entiende por catequesis una acción de evangelización de los cristianos. una acción de la comunidad eclesial, una acción de la Iglesia que acompaña a toda la vida y que está siempre en relación con la situación concreta de los hombres, por medio de la cual sus miembros se capacitan para comprender, celebrar y vivir el mensaje evangélico, y para participar activamente en la realización de esta comunidad y en la propagación del evangelio. Se entiende la catequesis como camino al conocimiento de la fe y como iniciación en el seguimiento de - Cristo.
Tiene que estimular una conciencia crítica, para que los cristianos sepan colaborar en la renovación de la Iglesia y en la transformación de la sociedad en sentido evangélico. Así pues, la catequesis se presenta como "un acto de educación en una fe madura" (A. Exeler). Entre los documentos del episcopado italiano debe señalarse La renovación de la catequesis, promulgado el 2 de febrero de 1970 como documento pastoral de su magisterio, sobre la catequesis y la recopilación de los nuevos catecismos. La Asamblea plenaria de la Conferencia episcopal española de febrero de 1976 se dedicó a fondo al tema del Catecismo para preadolescentes, y en el mes de junio de 1976 se aprobó un Manual del educador para catequistas; en 1979 se publicaron también unas Orientaciones pastorales sobre la enseñanza religiosa escolar.
M. Semeraro
(Bibl.: Catequesis. en DP, 145-168; 5. Movilla, Catequesis, en CFP, 120-141; G. Groppo, Feologia y catequesis, en DTI, 1, 94- 109. )

La Catechesi Tradendae enseña:

LA CATEQUESIS ha sido siempre considerada por la Iglesia como una de sus tareas primordiales, ya que Cristo resucitado, antes de volver al Padre, dio a los Apóstoles esta última consigna: hacer discípulos a todas las gentes, enseñándoles a observar todo lo que El había mandado1. El les confiaba de este modo la misión y el poder de anunciar a los hombres lo que ellos mismos habían oído, visto con sus ojos, contemplado y palpado con sus manos, acerca del Verbo de vida2. Al mismo tiempo les confiaba la misión y el poder de explicar con autoridad lo que El les había enseñado, sus palabras y sus actos, sus signos y sus mandamientos. Y les daba el Espíritu para cumplir esta misión.Muy pronto se llamó catequesis al conjunto de esfuerzos realizados por la Iglesia para hacer discípulos, para ayudar a los hombres a creer que Jesús es el Hijo de Dios, a fin de que, mediante la fe, ellos tengan la vida en su nombre3, para educarlos e instruirlos en esta vida y construir así el Cuerpo de Cristo. La Iglesia no ha dejado de dedicar sus energías a esa tarea.

La IV Asamblea general del Sínodo de los Obispos ha insistido mucho en el cristocentrismo de toda catequesis auténtica. Podemos señalar aquí los dos significados de la palabra que ni se oponen ni se excluyen, sino que más bien se relacionan y se complementan.

Hay que subrayar, en primer lugar, que en el centro de la catequesis encontramos esencialmente una Persona, la de Jesús de Nazaret, «Unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad»9, que ha sufrido y ha muerto por nosotros y que ahora, resucitado, vive para siempre con nosotros. Jesús es «el Camino, la Verdad y la Vida»10, y la vida cristiana consiste en seguir a Cristo, en la «sequela Christi».

El objeto esencial y primordial de la catequesis es, empleando una expresión muy familiar a San Pablo y a la teología contemporánea, «el Misterio de Cristo». Catequizar es, en cierto modo, llevar a uno a escrutar ese Misterio en toda su dimensión: «Iluminar a todos acerca de la dispensación del misterio... comprender, en unión con todos los santos, cuál es la anchura, la largura, la altura y la profundidad y conocer la caridad de Cristo, que supera toda ciencia, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios»11. Se trata por lo tanto de descubrir en la Persona de Cristo el designio eterno de Dios que se realiza en El. Se trata de procurar comprender el significado de los gestos y de las palabras de Cristo, los signos realizados por El mismo, pues ellos encierran y manifiestan a la vez su Misterio. En este sentido, el fin definitivo de la catequesis es poner a uno no sólo en contacto sino en comunión, en intimidad con Jesucristo: sólo El puede conducirnos al amor del Padre en el Espíritu y hacernos partícipes de la vida de la Santísima Trinidad.

Transmitir la doctrina de Cristo
En la catequesis, el cristocentrismo significa también que, a través de ella se transmite no la propia doctrina o la de otro maestro, sino la enseñanza de Jesucristo, la Verdad que El comunica o, más exactamente, la Verdad que El es12. Así pues hay que decir que en la catequesis lo que se enseña es a Cristo, el Verbo encarnado e Hijo de Dios y todo lo demás en referencia a El; el único que enseña es Cristo, y cualquier otro lo hace en la medida en que es porta voz suyo, permitiendo que Cristo enseñe por su boca. La constante preocupación de todo catequista, cualquiera que sea su responsabilidad en la Iglesia, debe ser la de comunicar, a través de su enseñanza y su comportamiento, la doctrina y la vida de Jesús. No tratará de fijar en sí mismo, en sus opiniones y actitudes personales, la atención y la adhesión de aquel a quien catequiza; no tratará de inculcar sus opiniones y opciones personales como si éstas expresaran la doctrina y las lecciones de vida de Cristo.
Todo catequista debería poder aplicarse a sí mismo la misteriosa frase de Jesús: «Mi doctrina no es mía, sino del que me ha enviado». Es lo que hace san Pablo al tratar una cuestión de primordial importancia: «Yo he recibido del Señor lo que os he transmitido». ¡Qué contacto asiduo con la Palabra de Dios transmitida por el Magisterio de la Iglesia, qué familiaridad profunda con Cristo y con el Padre, qué espíritu de oración, qué despego de sí mismo ha de tener el catequista para poder decir: «Mi doctrina no es mía»!

Cristo que enseñaEsta doctrina no es un cúmulo de verdades abstractas, es la comunicación del Misterio vivo de Dios. La calidad de Aquel que enseña en el Evangelio y la naturaleza de su enseñanza superan en todo a las de los «maestros» en Israel, merced a la unión única existente entre lo que El dice, hace y lo que es. Es evidente que los Evangelios indican claramente los momentos en que Jesús enseña, «Jesús hizo y enseñó»: en estos dos verbos que introducen al libro de los Hechos, san Lucas une y distingue a la vez dos dimensiones en la misión de Cristo.Jesús enseñó. Este es el testimonio que El da de sí mismo: «Todos los días me sentaba en el Templo a enseñar»16. Esta es la observación llena de admiración que hacen los evangelistas, maravillados de verlo enseñando en todo tiempo y lugar, y de una forma y con una autoridad desconocidas hasta entonces: «De nuevo se fueron reuniendo junto a El las multitudes y de nuevo, según su costumbre, les enseñaba»17; «y se asombraban de su enseñanza, pues enseñaba como quien tiene autoridad»18. Eso mismo hacen notar sus enemigos, aunque sólo sea para acusarlo y buscar un pretexto para condenarlo. «Subleva al pueblo, enseñando por toda Judea, desde Galilea, donde empezó, hasta aquí»» (Nºs 1,5-7).
Es importante también saber ¿Qué es un CATECISMO?

1 comentario:

  1. Gracias a mis amigos que de manera verbal me han hecho sus aportes y comentarios positivos sobre el blog

    ResponderEliminar