viernes, 11 de junio de 2010

Aspectos Interesantes de la Celebración

ZIKARON, BERAKAH-BERAKOTH
(Bajado de: http://www.inculturacion.net apartes tomados de la página 12 a 19).

«Empecemos a profundizar un poco en la Pascua Judía teniendo en cuenta lo que nos presentaba el Papa Juan Pablo II en la exhortación apostólica Catechesi Tradendae nº 53: “El mensaje evangélico no es pura y simplemente aislable de la cultura, en la cual se ha insertado desde el principio, (el universo bíblico y más concretamente el ambiente cultural en el cual ha vivido Jesús de Nazareth), y tampoco es aislable, sin un grave empobrecimiento, de las culturas en las que ya se ha expresado a lo largo de los siglos. Éste no surge por generación espontánea de un “humus” cultural; desde siempre se ha transmitido mediante un diálogo apostólico, que está inevitablemente insertado en un cierto diálogo de culturas”.

Las celebraciones cultuales en el cristianismo no pueden aislarse de la cultura judía en la que nacieron. En función de la inculturación de nuestras celebraciones y más concretamente de nuestra celebración central que es la Eucaristía no lo podemos hacer independiente del ambiente en el que nace tal celebración. No quiero negar la discusión entre exegetas sobre si la “primera eucaristía” de Jesús con los suyos fue o no fue un banquete pascual. Me limito sólo a decir que las reformas litúrgicas introducidas al rito de nuestra celebración eucarística han partido de la base de que tal celebración tuvo como marco una pascua judía. La discusión se plantea sobre todo con base en la gran diferencia entre los relatos de Juan y de los sinópticos. Mientras los de estos no permitirían concluir y tomar partido por afirmar la continuidad entre la Pascua judía y la Eucaristía, el relato de Juan que complicaría tal afirmación. Sin embargo, además de los sinópticos, el capítulo 11 de la 1ª carta a los Corintios nos presenta elementos que nos permiten avalar la continuidad. Dejemos a un lado la discusión y adentrémonos en nuestro análisis, tomando partido por la continuidad entre Pascua judía y Eucaristía que nos ofrecen puntos, a mi manera de ver, muy valiosos a favor de una auténtica inculturación de la liturgia.

Para Israel la celebración de la Pascua es un ZIKARON, palabra hebrea que fue traducida al griego por ANAMNESIS y en nuestras lenguas modernas como Memorial. A mi manera de ver, es una traducción poco afortunada, porque no expresa el carácter que tenía para el judaísmo. Cuando nosotros escuchamos la palabra memorial parecería que quisiéramos pensar sólo en un recuerdo de un acontecimiento del pasado. De manera categórica no es este el contenido de la expresión judía ZIKARON, porque el hacer referencia a un acontecimiento de la historia no tiene para Israel una función de memoria, sino de actualización. Israel basado en su experiencia histórica hace presente la acción salvífica de Dios, cuyo brazo no se ha acortado con el pasar de los siglos. El ZIKARON es el fundamento de toda celebración litúrgica porque sin la presencia salvadora de Dios en el presente nuestras celebraciones, e incluso las celebraciones judías no serían más que una representación teatral.

Otro aspecto que se hace necesario aclarar es otra expresión judía: BERAKAH en singular y BERAKOTH en plural, al igual que ZIKARON no es una palabra de fácil traducción. Al griego fue traducida por EUCARISTÍA y así ha pasado a nuestras lenguas modernas, dándole la significación de acción de gracias. La BERAKAH-BERAKOTH judía es mucho más que una acción de gracias. Ésta es sólo una parte de lo que significa. La palabra hebrea indica muchos otros elementos que están presentes en toda Pascua judía y que no están ausentes en ninguna de nuestras celebraciones eucarísticas. La primera exigencia de la BERAKAH-BERAKOTH es proclamar las maravillas que Dios ha realizado con su pueblo. Sólo cuando la asamblea celebrativa ha proclamado la obra de Dios tiene la ocasión propicia para bendecir a YHWH, otra de las características que ofrece la expresión a la cual nos estamos refiriendo. Sólo puede decir bien, hablar bien de Dios quien ha visto su acción en la vida personal o comunitaria. Pero aquí no concluye aún el significado del término que nos ocupa, quien ha conocido las maravillas de Dios, quien ha hablado bien de Él no puede hacer otra cosa que alabarlo y como conclusión de esta alabanza darle gracias. Nuestra traducción tiene en cuenta sólo este aspecto, lo que hace urgente a favor de una formación integral de los cristianos, una catequización con mayor profundidad al respecto. Pero aún este vocablo hebreo significa algo más. Una vez que se ha tenido toda la experiencia anterior y se ha entrado en contacto con YHWH, el hombre no puede dejar de solicitarle que continúe actuando y mostrando su misericordia con quienes están viviendo hoy su historia. La súplica se convierte en el último elemento de la expresión que nos ha ocupado.

Resumiendo BERAKAH-BERAKOTH tiene un significado más amplio del que generalmente les damos pues además de la acción de gracias incluye la proclamación de la obra de Dios, la bendición, la alabanza y la súplica.

La principal celebración para la inculturación de la de que tiene el pueblo judío, aún hoy, es la noche pascual. Esta noche está en función de la transmisión de la fe a los hijos. Es una fiesta de una comunidad familiar, a la que tienen ingreso miembros de otras familias para poder completar el número mínimo de miembros que exige la celebración. Hay una conciencia clara en Israel que es celebración de todo el pueblo y no del individuo. El individuo se asocia con su historia a la celebración, de hecho el padre de familia que preside la celebración invita a todos los comensales a participar activamente en la celebración y a sentirse ellos mismos involucrados en el plan de salvación que Dios ha querido con su pueblo. Este involucrar a los asistentes en la celebración tiene como objetivo que se sientan en ésta noche necesitados de salvación, ya que a través de los signos colectivos se hará presente el poder salvífico de Dios que hará PASCUA (pasará) esta noche para salvar a los nuevos esclavos.

En Israel la novedad de la celebración no la ofrece el ritual (Seder) que se remonta casi de forma invariable a la narración del libro del Éxodo 12; que ha permitido la introducción a través de los siglos, de la interpretación rabínica de algunos de los acontecimientos que se narran durante la noche y algunos cantos de acuerdo a diversas tradiciones, pero siempre en función de la transmisión de la fe a los menores. La novedad de la Pascua viene aportada por la historia personal de los participantes, que aun cuando no lo expresan públicamente, si los mantiene durante la noche en tensión esperando la salvación personal y la de su pueblo, ésta sólo se realizará con la venida del Mesías, para quien en ésta noche dejan su puesto arreglado, porque creen que en una noche de estas llegará inesperadamente el esperado, lo personal puede experimentar con la celebración el paso del Señor rescatando.

La primera inculturación cristiana en relación con la Pascua judía la hizo Jesucristo, quien no cambió para nada su estructura pero si cambió su contenido. Este fue el principal aporte a un proceso que desde ese momento se convertiría en centro de la vida cristiana. Cambiarle su contenido no significó despreciar el contenido anterior sino iluminarlo desde la nueva perspectiva que partía del Misterio Pascual. Algunos exegetas nos han presentado los acontecimientos de la historia de la salvación que ha celebrado siempre Israel cuando se congrega para la Pascua. Ellos han planteado, siguiendo la literatura rabínica, las así llamadas cuatro noches que celebra Israel mediante el ritual de la Pascua y que hablando ya desde la liturgia cristiana están acogidos, al menos las tres lecturas que la liturgia romana utiliza en la Vigilia Pascual. (San Jerónimo comentando estas noches se ha atrevido a anunciar que así como Dios está comprometido con la humanidad en una acción salvadora; que se hace ZIKARON en esta noche, el cree poder afirmar que en una noche como estas se realizará también la segunda venida que inaugurará la plenitud).
Israel, pues, en esta celebración hace presente la noche de la creación, cuando Dios pasando creó de la nada el universo. Israel insiste en el paso de Dios que hace posible lo que para el hombre es imposible. En una noche como estas uno de los antiguos rabinos preguntaba ¿por qué Dios creó al hombre el sexto día y no el primer día de la creación? Nosotros podríamos dar respuestas teológicas estupendas, podríamos hablar del hombre como centro de la creación, podríamos afirmar que era la manera de indicar que todo había sido creado para estar al servicio del hombre. Sin embargo la respuesta rabínica es contundente y de una sabiduría extraordinaria. Los rabinos se contentan sólo con afirmar que si Dios hubiese hecho al hombre el primer día, al finalizar el segundo éste hubiese llamado a Dios para decirle: Como nos quedó de bien hecha la luz. Israel en su Pascua quiere dejar en claro que el protagonista es Dios y no el hombre. De tal manera que el hombre podría colocar todas sus capacidades pero si Dios no pasa no se da el rescate.

Para Israel la segunda noche está marcada por lo que los rabinos han llamado la noche de la fe. Para Israel la madurez de la fe de Abraham se manifestó en el sacrificio de Isaac. Para la literatura rabínica el sacrificio de Isaac tuvo lugar en la noche, haciéndolo coincidir con una noche de Pascua, en la cual ellos afirman que Abraham recibió en dicha oportunidad el don de la fe. La experiencia de la fe de Abraham narra de manera especial toda la historia de Israel, la fiesta de la Pascua y marcará la experiencia cristiana de la fe. Ya San Agustín y San Ambrosio indicaban que para poder entender el grado de nuestra fe, hemos de confrontar nuestra experiencia, con la experiencia de Abraham y la medida de nuestra fe estará en los puntos convergentes entre nuestra historia y la del patriarca.

La tercera noche que Israel celebra es la noche que ha dado propiamente origen a la Pascua, es la noche de la liberación de Egipto. Israel tiene claro que en esta noche Dios pasó por Egipto para liberar a los judíos y castigar a los egipcios. Esta noche para Israel es liberación de los oprimidos y destrucción de los opresores. Es la noche en la que Dios transforma un pueblo de esclavos, con todo lo que esto significa, en un pueblo libre. Durante la noche queda claro que fue Dios y no un ángel, ni ningún otro quien pasó sacando con mano poderosa a su pueblo.

Estas tres noches actualizadas en la liturgia, abren al pueblo de Israel a la esperanza. En situaciones tan límites como las vividas por Israel nada estuvo perdido. Por eso aún esperan en una noche Pascual, la cuarta noche: la noche en que vendrá el Mesías. La Pascua convence a Israel que aun cuando los acontecimientos lo colocan en situaciones límites y humanamente desesperadas a través de los siglos, aun queda salvación. La noche pascual le recuerda a todo el pueblo que hay todavía una noche fundamental que ellos esperan y que para nosotros cristianos ya se realizó, precisamente en una noche Pascual. El Mesías llegó resucitado de entre los muertos, abriendo caminos donde aparentemente todo estaba perdido.»
Ir Contenido Diálogo sobre el contenido y el significado de ZIKARON, BERAKAH-BERAKOTH y las tres noches.

No hay comentarios:

Publicar un comentario