viernes, 18 de junio de 2010

LA FORMACÓN DEL EVANGELIO


Tras la experiencia de la resurrección y la recepción del Espíritu Santo los discípulos siguiendo las instrucciones del Señor Jesús, comienzan su anuncio por Jerusalén, Samaría y de allí hasta los confines del mundo como lo enseña la obra lucana. Junto a la predicación apostólica fueron surgiendo dos tradiciones separadamente: por una parte, los dichos de Jesús, y por otra, sobre los signos, lo que comúnmente llamamos los milagros. Todo siempre en torno al kerigma (primer anuncio). Como ejemplo de texto lo encuentras en 1Co. 15.1-6), "Os recuerdo, hermanos, el Evangelio que os prediqué, que habéis recibido y en el cual permanecéis firmes, por el cual también sois salvados, si lo guardáis tal como os lo prediqué... Si no, ¡habríais creído en vano! Porque os transmití, en primer lugar, lo que a mi vez recibí: que Cristo murió por nuestros pecados, según las Escrituras; que fue sepultado y que resucitó al tercer día, según las Escrituras; que se apareció a Cefas y luego a los Doce; después se apareció a más de quinientos hermanos a la vez, de los cuales todavía la mayor parte viven y otros murieron.


Luego se apareció a Santiago; más tarde, a todos los apóstoles. Y en último término se me apareció también a mí, como a un abortivo." El autor del evangelio más antiguo toma esas dos tradiciones y teniendo en cuenta que el corazón de todo es el kerigma elabora su evangelio y así tenemos el evangelio según San Marcos.


Los otros evangelios se forman con base en san Marcos y otra fuete que se llama la fuete Q que utilizaron Mateo y Lucas. Cada uno de ellos utiliza sus propias fuentes y de allí su diferencia de contenidos, estilos.


El 4º evangelio se diferencia de los otros tres por su estilo y manera de presentar el misterio de Cristo.



LO QUE ENSEÑA EL CATECISMO SOBRE LA TRADICIÓN (Nºs 75-95).


I.- LA TRADICIÓN APOSTÓLICA

"Cristo nuestro Señor, plenitud de la revelación, mandó a los apóstoles predicar a todos los hombres el Evangelio como fuente de toda verdad salvadora y de toda norma de conducta, comunicándoles así los bienes divinos: el Evangelio prometido por los profetas, que El mismo cumplió y promulgó con su voz".La predicación apostólica... La transmisión del Evangelio, según el mandato del Señor, se hizo de dos maneras: oralmente: "los apóstoles, con su predicación, sus ejemplos, sus instituciones, transmitieron de palabra lo que habían aprendido de las obras y palabras de Cristo y lo que el Espíritu Santo les enseñó"; por escrito: "los mismos apóstoles y otros de su generación pusieron por escrito el mensaje de la salvación inspirados por el Espíritu Santo".... continuada en la sucesión apostólica"Para que este Evangelio se conservara siempre vivo y entero en la Iglesia, los apóstoles nombraron como sucesores a los obispos, «dejándoles su cargo en el magisterio»".


En efecto, "la predicación apostólica, expresada de un modo especial en los libros sagrados, se ha de conservar por transmisión continua hasta el fin de los tiempos".Esta transmisión viva, llevada a cabo en el Espíritu Santo, es llamada la Tradición en cuanto distinta de la Sagrada Escritura, aunque estrechamente ligada a ella. Por ella, "la Iglesia con su enseñanza, su vida, su culto, conserva y transmite a todas las edades lo que es y lo que cree". "Las palabras de los Santos Padres atestiguan la presencia viva de esta Tradición, cuyas riquezas van pasando a la práctica y a la vida de la Iglesia que cree y ora".Así, la comunicación que el Padre ha hecho de sí mismo por su Verbo en el Espíritu Santo sigue presente y activa en la Iglesia: "Dios, que habló en otros tiempos, sigue conversando siempre con la Esposa de su Hijo amado; así el Espíritu Santo, por quien la voz viva del Evangelio resuena en la Iglesia, y por ella en el mundo entero, va introduciendo a los creyentes en la verdad plena y hace que habite en ellos intensamente la palabra de Cristo".


II.- LA RELACIÓN ENTRE LA TRADICIÓN Y LA SAGRADA ESCRITURA


Una fuente común...

La Tradición y la Sagrada Escritura "están íntimamente unidas y compenetradas. Porque surgiendo ambas de la misma fuente, se funden en cierto modo y tienden a un mismo fin". Una y otra hacen presente y fecundo en la Iglesia el misterio de Cristo que ha prometido estar con los suyos "para siempre hasta el fin del mundo" (Mt 28,20).... dos modos distintos de transmisión
"La Sagrada Escritura es la palabra de Dios, en cuanto escrita por inspiración del Espíritu Santo". "La Tradición recibe la palabra de Dios, encomendada por Cristo y el Espíritu Santo a los apóstoles, y la transmite íntegra a los sucesores; para que ellos, iluminados por el Espíritu de la verdad, la conserven, la expongan y la difundan fielmente en su predicación".De ahí resulta que la Iglesia, a la cual está confiada la transmisión y la interpretación de la Revelación, "no saca exclusivamente de la Escritura la certeza de todo lo revelado. Y así se han de recibir y respetar con el mismo espíritu de devoción".


Tradición apostólica y tradiciones eclesiales
La Tradición de que hablamos aquí es la que viene de los apóstoles y transmite lo que éstos recibieron de las enseñanzas y del ejemplo de Jesús y lo que aprendieron por el Espíritu Santo. En efecto, la primera generación de cristianos no tenía aún un Nuevo Testamento escrito, y el Nuevo Testamento mismo atestigua el proceso de la Tradición viva.


Es preciso distinguir de ella las "tradiciones" teológicas, disciplinares, litúrgicas o devocionales nacidas en el transcurso del tiempo en las Iglesias locales. Estas constituyen formas particulares en las que la gran Tradición recibe expresiones adaptadas a los diversos lugares y a las diversas épocas. Sólo a la luz de la gran Tradición aquéllas pueden ser mantenidas, modificadas o también abandonadas bajo la guía del Magisterio de la Iglesia.


III.- LA INTERPRETACIÓN DEL DEPOSITO DE LA FE


El depósito de la fe confiado a la totalidad de la Iglesia

"El depósito sagrado" de la fe (depositum fidei), contenido en la Sagrada Tradición y en la Sagrada Escritura, fue confiado por los apóstoles al conjunto de la Iglesia. "Fiel a dicho depósito, todo el pueblo santo, unido a sus pastores, persevera constantemente en la doctrina de los apóstoles y en la comunión, en la fracción del pan y en las oraciones, de modo que se cree una particular concordia entre pastores y fieles en conservar, practicar y profesar la fe recibida".


El Magisterio de la Iglesia
"El oficio de interpretar auténticamente la palabra de Dios, oral o escrita, ha sido encomendado sólo al Magisterio vivo de la Iglesia, el cual lo ejercita en nombre de Jesucristo", es decir, a los obispos en comunión con el sucesor de Pedro, el obispo de Roma.


"El Magisterio no está por encima de la palabra de Dios, sino a su servicio, para enseñar solamente lo transmitido, pues por mandato divino y con la asistencia del Espíritu Santo, lo escucha devotamente, lo custodia celosamente, lo explica fielmente; y de este único depósito de la fe saca todo lo que propone como revelado por Dios para ser creído".


Los fieles, recordando la palabra de Cristo a sus apóstoles: "El que a vosotros escucha a mí me escucha" (Lc 10,16), reciben con docilidad las enseñanzas y directrices que sus pastores les dan de diferentes formas.


Los dogmas de la fe
El Magisterio de la Iglesia ejerce plenamente la autoridad que tiene de Cristo cuando define dogmas, es decir, cuando propone, de una forma que obliga al pueblo cristiano a una adhesión irrevocable de fe, verdades contenidas en la Revelación divina o verdades que tienen con éstas un vínculo necesario.


Existe un vínculo orgánico entre nuestra vida espiritual y los dogmas. Los dogmas son luces en el camino de nuestra fe, lo iluminan y lo hacen seguro. De modo inverso, si nuestra vida es recta, nuestra inteligencia y nuestro corazón estarán abiertos para acoger la luz de los dogmas de la fe.


Los vínculos mutuos y la coherencia de los dogmas pueden ser hallados en el conjunto de la Revelación del Misterio de Cristo. "Existe un orden o «jerarquía» de las verdades de la doctrina católica, puesto que es diversa su conexión con el fundamento de la fe cristiana".


El sentido sobrenatural de la fe
Todos los fieles tienen parte en la comprensión y en la transmisión de la verdad revelada. Han recibido la unción del Espíritu Santo que los instruye y los conduce "a la verdad completa" (Jn 16,13).


"La totalidad de los fieles... no puede equivocarse en la fe. Se manifiesta esta propiedad suya, tan peculiar, en el sentido sobrenatural de la fe de todo el pueblo: cuando «desde los obispos hasta el último de los laicos cristianos» muestran estar totalmente de acuerdo en cuestiones de fe y de moral".


"El Espíritu de la verdad suscita y sostiene este sentido de la fe. Con él, el Pueblo de Dios, bajo la dirección del Magisterio..., se adhiere indefectiblemente a la fe transmitida a los santos de una vez para siempre, la profundiza con un juicio recto y la aplica cada día más plenamente en la vida".


El crecimiento en la inteligencia de la fe
Gracias a la asistencia del Espíritu Santo, la inteligencia tanto de las realidades como de las palabras del depósito de la fe puede crecer en la vida de la Iglesia:- "Cuando los fieles las contemplan y estudian meditándolas en su corazón"; es en particular la investigación teológica la que debe "profundizaren el conocimiento de la verdad revelada".- Cuando los fieles "comprenden internamente los misterios que viven";"Divina eloquia cum legente crescunt" ("la comprensión de las palabras divinas crece con su reiterada lectura").- "Cuando las proclaman los obispos, que con la sucesión apostólica reciben un carisma de la verdad"."La Tradición, la Escritura y el Magisterio de la Iglesia, según el plan prudente de Dios, están unidos y ligados, de modo que ninguno puede subsistir sin los otros; los tres, cada uno según su carácter, y bajo la acción del único Espíritu Santo, contribuyen eficazmente a la salvación de las almas".




TRABAJO: 1 ) Explica con tus palabras cómo se formó el Evangelio. 2) Cuáles son las dos maneras cómo se transmitió el Evangelio? y 3) Cómo se interpreta el depósito de la fe?

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